“YO PERDONO, PERO NO OLVIDO”

“Yo perdono, pero no olvido” es una expresión usada frecuentemente por mucha gente. Si tú perdonas pero no olvidas, entonces realmente no has perdonado y sigue el rencor escondido en tu memoria. Tú no olvidas y Dios sí perdona y olvida, Él dice: “Yo soy el que borra tus rebeliones por amor de mí mismo, y NO ME ACORDARÉ de tus pecados” (Isaías 43: 25). Dios aconseja olvidar las cosas pasadas, no recordarlas, porque hacen daño al alma y al cuerpo (enfermedades psicosomáticas). Por eso dice Dios: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas” (Is. 43: 18). El profeta Miqueas expresa muy claramente: “¿Qué Dios como tú, que PERDONA la maldad, y OLVIDA el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar nuestros pecados” (Miq. 7: 18-19). Este perdón de Dios es el punto de partida para nuestro andar en el perdón. Si Él nos perdonó, nosotros también debemos perdonar y olvidar OBLIGATORIAMENTE. Es lo primero: perdonar. Ya hemos leído que Dios nos perdonó y se olvidó de nuestros pecados. ¿Y nosotros qué? ¿Perdonamos y olvidamos? ¿Qué pasa si no perdonamos las ofensas a los hombres? LA COSA ES SERIA. Dice Jesús: “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mt. 6: 14-15). Está muy claro. ¿Y cuántas veces debemos perdonar? “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete” (Mt. 18: 21-22). El mensaje es: siempre hay que perdonar. Y al ser ofendido hay que perdonar inmediatamente. No dejes a nadie atado a tu vida por falta de perdón.

PERDONA Y OLVIDA.

Francisco ACEVEDO. Maturín, Venezuela. Noviembre 2018.